Muchas de las noticias que conocemos de todas las partes del planeta nos hablan del resurgimiento del tribalismo, del avance de la ignorancia, de la vuelta al misticismo. Pensábamos algunos que superado el siglo XX, con sus comienzos irracionales, y que vistos los inmensos logros de la razón (en la ciencia y, por ejemplo, en la construcción de la Unión Europea) las tendencias genéticas estaban finalmente desapareciendo del mundo.
Hoy (22/09/17) leo que en un mundo en el cual la superpoblación es un hecho empíricamente dañino, ya que no hay nada especialmente ventajoso en que cada vez más personas necesiten cada vez más recursos en un planeta finito, en ciertos países no se hace absolutamente nada para controlar ese crecimiento de población. Se mantiene la demanda de los genes frente a la razón de la mente. Y en otros puntos de la Tierra hay aún hoy los que piensan que la economía es un juego cerrado, donde si unos ganan, forzosamente otros tienen que perder, algo que la razón rechaza.
Y aún en otras regiones hay quienes todavía hoy mantienen que ciertas tribus son mejores que otras personas y que tienen un mandato extraterrestre para levantar barreras, muros excluyentes y rechazar o matar incluso a los que son diferentes -en algunas características- pues diferentes somos todos y cada uno de los habitantes del globo.
Todo esto es el avance de la irracionalidad, de la sinrazón contra la razón.
La razón, ese resultado de alguna o varias mutaciones en los genes humanos, empezó a tener algún punto de dominio sobre la mera animalidad genética en la Grecia clásica, cuando se empezó a analizar su funcionamiento y estimar sus logros. Avanzó en Roma, hasta el emperador filósofo, Marco Aurelio, y comenzó a decaer desde entonces, cuando el peso de la ignorancia fue favorecido por una plaga que causó la muerte a casi la mitad de los habitantes de su imperio.
Ante lo inexplicado, muchos seres humanos buscan argumentos inmediatos, irracionales, con tal de llegar a una conclusión en el momento, en vez de detener el juicio hasta una explicación más adecuada del problema. El error está en el ansia de inmediatez, en el rechazo a la reflexión. Ante el dolor, ante la enfermedad, el 99.99… % de las personas lo único que quiere es que desaparezca, sin pensar en buscar una solución real.
Ante esas situaciones estas personas acuden, como los críos a las madres, a los poderosos. Pero de la misma manera que las madres, en un alto porcentaje de casos, no pueden arreglar la situación, de esta misma manera los “poderosos” no pueden o no quieren arreglarla.
La plaga resultó en la institucionalización de la irracionalidad, primero en Roma luego en Bizancio, por último, en toda la cultura árabe. En China la irracionalidad fue propuesta ya hacia el -500 EC, y se mantuvo hasta 1950 de la Era Común (EC), aunque ahora se la quiere resucitar. Una explicación plausible es la pérdida de confianza en las propias fuerzas y la toma del poder por quienes aparecían como intermediarios entre los seres humanos y las fuerzas fuera del Universo. Como con Hitler, una vez capturado el poder, la vuelta a la razón es enormemente difícil. Puesto que ningún ser humano puede comunicar con nadie fuera del Universo, las órdenes emanadas por esos seres extraterrestres no se pueden discutir.
Este rechazo a la razón duró unos 1400 años, al menos en la Europa occidental, y bastante más en las culturas derivadas de la bizantina y hasta al menos hoy en las culturas del Islam. En China solo a partir de 1950 se empezó a adoptar la razón, y aún así con limitaciones.
Tras 1400 años los seres humanos, en Europa al menos, empezaron de nuevo a pensar por su propia cuenta, sin ceder ese pensamiento a otros. Esto causó a algunos la muerte en la hoguera, pero poco a poco el pensamiento individual fue imponiéndose. La explicación a esto es que fue algo un tanto fortuito: Una persona, Colón, malinterpretando unos mapas de la época clásica, pensó en alcanzar la India navegando hacia Occidente. Encontró América por pura chiripa, pero demostró que las enseñanzas institucionales eran erróneas.
Si las instituciones podían equivocarse en una cosa, podían equivocarse en las demás. Un poco después de Colón, Lutero marcó 90 posibles equivocaciones. A partir de entonces y durante 80 años las ideas fijas empezaron a deshacerse. Kepler mira al cielo y rechaza los modelos obligatorios desde hace 1600 años. Galileo mira a la Luna con un catalejo y no tiene más remedio, como Colón, que aceptar que eso no es lo que se suponía.
Comienza el método científico y el reinado de la razón. Con este método cada cosa que se afirma debe ser probada por muchas personas independientes y repetida muchas veces, antes de poder afirmar su realidad, su veracidad. Basta una única prueba en contrario para eliminar afirmaciones.
En el método irracional, las cosas se afirman y se aceptan sin la menor prueba, sencillamente por las ganas que tiene cada persona de aceptarlas. Por ejemplo, se dice que una muralla de hormigón de 2.000 kilómetros a lo largo de un río y otros 1.000 km sobre tierra va a limitar la entrada de inmigrantes en un país. Y muchas personas lo aceptan sin razón ni motivo, ni comprobación alguna, sencillamente porque quieren creerlo. El mensaje original de la sinrazón es siempre el mismo: Se dirige a los que no quieren pensar, y les ofrece la idea de que pueden ser aceptados en una comunidad, y pueden alcanzar un premio sin más que seguir lo que se les diga, siempre que el que lo diga sea de la misma tribu.
La sinrazón es la pura genética. El gen es un programa en software codificado en el hardware de la secuencia de azúcares de la cadena de ADN, que absorbe inputs y cuyo único resultado es su propia duplicación. Carece de voluntad, de objetivo: Sencillamente, como un virus (que es una cadena aislada de ADN) puesto en una sopa energética, se duplica.
Una mutación del programa creó la razón en el cerebro codificado por el ADN humano. La razón nos permitió evolucionar de manera distinta de cómo lo hacen las hormigas: Cada generación de éstas es una copia exacta de las anteriores que se extienden 300 millones de años hacia atrás. Pudimos controlar el fuego, las herramientas, las palabras, las ideas.
Todo esto es realmente un impedimento para la duplicación genética. Hoy la razón nos incita a controlar el aumento de población, algo que va directamente contra los genes.
La razón nos ha permitido comenzar a entender el mundo, incluidos esos mismos genes, organizar nuestras vidas de una manera agradable, y crear: No había nada en el Universo igual a las Cantatas de Bach, las Sinfonías y Sonatas de Beethoven, la Capilla Sixtina y la escultórica de Miguel Ángel.
Estábamos y estamos dedicados, algunos, a avanzar por esos caminos, pero los esquemas genéticos, gracias a lo que la razón produce, avanzan a toda velocidad amenazándola.
Las asambleas de predicadores, de unos signos u otros, reúnen a miles, decenas, centenares de miles e incluso a millones de personas, sí; de seres humanos pensantes es dudoso.
Hoy podemos avanzar en resolver problemas como la enfermedad, el hambre, la riqueza de los seres humanos: Tenemos todas las herramientas para ello. Pero en vez de hacer esto, las tribus humanas lo que quieren de nuevo es encerrarse en sus territorios, eliminar a los que tienen otra piel, otros esquemas tribales. En vez de unir esfuerzos para resolver los problemas, millones de personas se esfuerzan en crear problemas nuevos.
Es este un blog, una página, publicado desde la razón que dice que quizás se pueda convencer a muchos de la maravilla de la ciencia, de la cooperación, de crear en vez de destruir. Siempre ha sido así, y todos los que han escrito de ciencia han hecho avanzar, poco a poco a la humanidad desde la locura genética, tribal, hacia soluciones mucho más agradables. Sin irnos muy lejos, antes de la Unión Europea, no hubo en Europa 10 años seguidos sin guerras, guerras cuyo –único, exclusivo- resultado era la muerte de sus habitantes y la pérdida de riqueza. Nunca las guerras, la confrontación, tuvo otro resultado. Y con la UE llevamos 67 años de paz en Europa. Esto gracias a haber utilizado la razón después de la inmensa sinrazón de un esfuerzo tribal por demostrar que una única tribu tenía derecho a esclavizar a las demás.
Los que quieran leer los posts de este blog irán viendo cómo la razón crea, mientras que la sinrazón solo destruye.