El desarrollo mortal de las sociedades y la economía

Las sociedades fracasan en escalas de siglos, y las economías hacen crash de manera casi regular con escalas de décadas.

 

La realidad vital, de la que deriva la evolución en el tiempo de sociedades y sus economías es una función no lineal, complicada y compleja, pero no lineal. Una tal función es aquella en la que 2+2 no es igual a 4. Por ejemplo (2+2) elevado al cuadrado nos da 16, que no es ni siquiera la suma de 2 al cuadrado más 2 al cuadrado. Lo mismo ocurre si la función es una raíz cuadrada o cualquiera de las innumerables funciones que son no lineales. En estas, y solo en estas, son 2+2=4.

 

Las sociedades, y sus economías crecen genéticamente como las bacterias, siempre que no actúe la razón. Un plato con una bacteria, alimentado con energía suficiente, crece hasta que las bacterias llenan todo el plato y mueren por asfixia.

 

Cuando yo vivía en Murcia se desarrolló la ingente obra de ingeniería del trasvase, cuyo canal, por casualidad, pasaba por delante de la casa de mis abuelos en Hellín. La idea era que la ‘’huerta de Murcia’’ daba al agua un rendimiento 10 veces superior al rendimiento que se podía obtener en La Mancha y en Extremadura.

 

Perfecto: Se comenzó a regar la huerta murciana y había agua para ambas regiones. Los sistemas sociales y económicos (distintos) vieron que el riego funcionaba. Se insistió en él. La cantidad de agua trasvasada y de tierra regada empezó a crecer exponencialmente (una función tremendamente no lineal). Se pusieron en regadío 60.000 hectáreas adicionales y el trasvase empezó a colapsar. Los pantanos que alimentan el trasvase, Entrepeñas y Buendía, llevan años al 30% de su capacidad nominal, que realmente es un 15% pues los fondos están ya sedimentados.

 

Ahora ya no hay agua ni para La Mancha ni para Murcia. El crecimiento sin control ha roto, o está a punto de romper, el sistema

 

Este es el mismo desarrollo para todas las sociedades de que tenemos noticia. Egipto: Las primeras 4 dinastías fueron lo suficientemente ricas para hacer las pirámides. Después de eso, la riqueza del Nilo tenía que repartirse entre cada vez más gente. Cada egipcio se fue haciendo cada vez más pobre, y lo mismo los faraones, que no podían extraer de su población lo que extraían antes. Dejaron de construir pirámides.

 

La historia se repitió una y otra vez.

 

Lo mismo pasó en las ciudades estado de Mesopotamia: Crecían con el agua del Tigris y el Éufrates, hasta que llegaban al desierto. Entonces colapsaban. Surgían otras: Ur, Babilonia, Assur, llegaron los persas, e iban cayendo una detrás de otra al agotar los recursos disponibles para cada ciudadano.

 

En Israel, por ejemplo, la población creció, se dispersó, pero no se integró en las zonas de diáspora, en las que sin embargo controlaban finanzas y otros negocios. La población griega reaccionó, y se produjeron las dos rebeliones en Israel que acabaron con Jerusalén y la vida de los judíos en aquellas tierras.

 

Roma basó su desarrollo en el robo sistemático de los pueblos que la rodeaban. Fracasó finalmente cuando con la tecnología disponible ya no podían llegar más lejos: Fracasó en el Éufrates, en Rumanía. El imperio fué decayendo y las ‘’invasiones’’ de los bárbaros no fueron más que succión de una sociedad debilitada, que llamaba a esos ‘’bárbaros’’ en su ayuda, como legionarios, administradores y finalmente reyes.

 

A los árabes les pasó lo mismo: Sus sociedades decayeron de éxito. Llegó un momento en el que no pudieron crecer más y entonces decrecieron. La historia de China, que ellos muestran orgullosos como una única dinastía larguísima, es una secuencia inacabable de ascensos y caídas, una y otra vez.

 

Si nos acercamos a nuestra época reciente, tenemos el sistema en diente de sierra de la economía de cada país, y de la economía global. El mejor ejemplo es el de las ‘’burbujas inmobiliarias’’. Estas consisten en enterrar riqueza productiva (energía que genera más energía), en elementos pasivos que no solo no la generan, sino que demandan cada vez más. El resultado es un crash, hasta que se vuelve a repetir el proceso, con bienes inmobiliarios, o con cualquier otro tipo de bienes: En vez de mantener un equilibrio (concepto en el que está basada toda la teoría económica pero que no existe) las sociedades recorren sendas de acumulación y fracaso una y otra vez.

 

Y sin embargo … . Sin embargo, esto se puede controlar si se reconoce la realidad no lineal del sistema ‘’emocional’’ o genético, y se regula mediante el sistema racional.

En Egipto y Mesopotamia se trataba de mantener a raya el aumento de población, y no se hizo.

 

Roma podía haber cambiado su esquema económico basado en el robo sistemático utilizando las riquezas conseguidas mediante el mismo por el desarrollo de un esquema productivo. No lo hizo cuando podía (antes del 200 de la Era Común). Luego fué ya demasiado tarde.

 

En Europa desde 1300 hasta 1945: Se acumulaba riqueza en manos muertas, y periódicamente había que hacer una revolución para liberar ese potencial. Las cosas “van bien”. ¿Por qué se va a cambiar el método?

 

El ejemplo más palpable, y horroroso, fué Prusia desde el rey sargento hasta Hitler: La sociedad disciplinada crecía a base de conquistas en sus márgenes, como Roma, hasta que colapsaba. Se volvía a insistir, y nuevo colapso. Solo una derrota brutal, total, radical, pudo cambiar una visión del mundo, el insistir en lo que antes ha tenido algún éxito. Hoy hay algunos, pocos de momento, que quieren repetir el fracaso.

 

Esto mismo ocurre en las relaciones humanas. En el aparejamiento real, es decir, la vida en común, la pasión dura alrededor de un año y medio (pura enmpiria). Muchas parejas insisten en hacer lo mismo que les llevó al éxito inicial. Lo que hay que hacer es cambiar de táctica.

 

Las sociedades comerciales, industriales necesitan dejar de aplicar al cabo de unos años los principios que las llevaron al éxito. El problema es el mismo que el de las sociedades humanas: Cuando se exagera el éxito, se llega al fracaso salvo que antes se consiga cambiar de rumbo mientras hay recursos y tiempo. Los dos mejores ejemplos son General Electric y Dupont de Nemours.

 

Hasta las sociedades pequeñas acaban en un colapso. Piden y se les da. Piden y se les da. Al final ya no pueden pedir más: Lo tienen todo. Y colapsan porque no tienen otra estrategia distinta de la pedir, han olvidado producir en un mundo competitivo.

 

La solución es evidente.

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