El Big Bang

El ser humano desarrolló su pensamiento en la tribu. Y si bien lo vemos, en tribus más o menos carroñeras que se movían en las sabanas africanas. Estas tribus, como cualquier persona que haya visto un documental, o haya empleado algunos minutos de su tiempo en un zoo, dependen, para su supervivencia, de la existencia de un jefe. La misión principal del jefe es asumir responsabilidades, es decir, ser capaz de dar respuesta a los problemas de la tribu.

 

Ahora bien, la responsabilidad es molesta, pero los beneficios de la jefatura en términos de comida y hembras, son grandes. Es mucho mejor que las decisiones las asuma alguien -esencialmente- irresponsable, es decir, a quien es imposible exigir responsabilidad, y el jefe pasar a ser un transmisor de órdenes, pero órdenes que deben ser obedecidas so pena de torturas y muerte. El jefe asume el control total, pero rechaza cualquier responsabilidad.

 

Si hay alguien irresponsable fuera del Universo, fuera de las leyes universales, entonces forzosamente el Universo ha tenido que ser creado, es decir, el universo tiene que ser finito en el espacio y en el tiempo y por lo tanto debe haber habido una creación, bien directa, bien por medio de “leyes”.

 

Pero la idea de alguien absolutamente irresponsable es una construcción de los “jefes” para acceder ellos mismos a la irresponsabilidad. Si no hay entes externos al Universo, éste no tiene por qué haber tenido un origen y quién sabe si un final.

 

En la idea de que el Universo ha sido creado, aparece alrededor de 1930 la noción de un comienzo del Universo en un punto espacial, con una enorme energía cinética de sus componentes. Hay físicos que hablan de una fluctuación de la nada como el origen de esas masas con enorme energía (pero nunca mayor que el producto de la masa por la velocidad de la luz al cuadrado) : El Big-Bang.

 

Yo puedo hablar de los centauros, los minotauros y las sirenas. Hablar no cuesta. ¿Qué es una fluctuación de la nada? Es el equivalente de la magia. “Nada por aquí, nada por allí, y ¡¡un conejo”.

 

Debe de haber en este momento en el mercado un par de miles de libros y muchísimos más artículos describiendo con pelos y señales, en unidades de 0.00..(27 ceros) 01 segundos lo que pasó una vez que apareció esa fluctuación de la nada con toda la energía actual del Universo.

 

Ya en 1230. Grosseteste, en Inglaterra propuso el método de la ciencia: Observación, propuesta de hipótesis, desarrollo, verificación, y posiblemente, falsación. No se le hizo el menor caso y no hubo ciencia durante 370 años. En 1600 Galileo volvió a proponer el método científico, y esta vez, por motivos que ya veremos, una parte de la comunidad de seres pensantes aceptó el desafío. La ciencia es esencialmente verificación en el laboratorio o en la naturaleza de las conclusiones de las hipótesis emitidas. Verificación por personas independientes y repetida muchas veces.

 

Los casos aislados, los casos repetidos pero imposibles de verificar, los casos verificados por los mismos que proponen los resultados de las hipótesis, no forman parte de la ciencia, aunque, ¿cómo no? Pueden ser enunciados como puede ser enunciada la existencia de leones voladores.

 

La corrección de los desarrollos matemáticos no es garantía de ciencia, ni de exactitud. Ya Gödel demostró que todo el inmenso edificio matemático es una descripción de cómo funciona la lógica desarrollada hasta las últimas consecuencias, pero no es más cierto que los axiomas en los que se basa, y los axiomas no pueden ser probados desde dentro de esa misma matemática.

 

En el pensar humano tenemos, pues, afirmaciones gratuitas: “Hay sirenas”, resultados probados: Las piedras caen en la superficie de la tierra con aceleración de 9.8 más/menos 0.04 metros por segundo en cada segundo, o la luz avanza en el aire a  299.792.458 metros por segundo, y afirmaciones que no se pueden comprobar, bien porque los fenómenos han sido únicos y no se pueden repetir, bien porque si ocurrieron, solo los ha medido siempre una única persona o el mismo equipo de personas, y una única vez.

 

La única “prueba” del Big Bang es que el universo que observamos está en expansión. Pero no sabemos, y no lo podemos saber, porque no lo podemos verificar, si estará en expansión en el futuro. El Big Bang es un fenómeno único, que no ha sido ni siquiera observado. Se ha deducido, pero no podemos afirmar la validez de las hipótesis en las que se basa la deducción, porque no las podemos verificar.

 

El bosón de Higgs no ha sido “visto” de manera rutinaria y repetida en laboratorios independientes, ni siquiera en el mismo laboratorio, habiendo pasado ya 5 años de la primera “visualización”. Y no hay más que un único laboratorio que lo intenta encontrar y es el mismo que lo tiene que verificar.

 

El martes día 3 de Octubre dieron el Premio Nobel a los que detectaron las ondas gravitacionales. Se ha detectado un solo episodio, y solo por un único laboratorio.

 

He estado leyendo un libro que dedica 300 páginas a “probar” que la ciencia fue posible gracias a la religión cristiana. No voy a entrar a debatir esto, pero lo que es evidente y no tiene debate posible es que el método de la ciencia y el de la religión son incompatibles, pues en este último se exige aceptar las hipótesis sin verificación posible.

 

Hay físicos que quieren volver a los cánones de la Universidad de Salamanca en el siglo XV. Afirman sin pudor que es preciso aceptar los resultados válidos de la solución de ecuaciones aunque no haya posibilidad alguna de verificar los puntos de partida de éstas y las soluciones obtenidas.

 

Estamos volviendo peligrosamente a la mística.

 

La sociedad humana ha avanzado en 400 años lo que no avanzó en 400.000. La tecnología en desarrollo constante fue posible no directamente a partir de la ciencia, evidentemente, pero sí solo porque la ciencia había abierto a los seres humanos la libertad de pensamiento bloqueada durante miles de años por la idea de que no se podía rechazar lo afirmado por alguien hablando en nombre de un ser irresponsable.

 

En China se creó tecnología, pero fueron siempre casos aislados, porque la religión china no aceptaba la innovación: Solo se podían hacer las cosas que ya se habían hecho.

 

Periódicamente pasamos por ataques de bilis en forma de pensamientos fijos. En la Alemania de Hitler no se podía estudiar la ciencia “judía” y las cosas eran como decía el Führer y basta. En estos últimos 400 años hemos tenido periódicamente ataques de este tipo, y los estamos sufriendo es estos mismos momentos, en Inglaterra, los EEUU y aún aquí, cuando es obligatorio rechazar la razón, porque las cosas “ Son así, y el problema es que usted no me entiende”.

 

La razón nos ha dado una vida inimaginablemente más rica, material e intelectualmente, que los mandatos del ser irresponsable. Es más fácil seguir estos, pues la ciencia exige esfuerzo y esos mandatos vienen dados. Pero el mismo nombre lo indica todo: mandatos no criticables, es decir, esclavitud. Hasta hay grupos que personas que se autodenominan “Esclavos de…”.

 

Es bueno asumir la libertad, aunque sea trabajosa.

 

 

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