Incendios y otras catástrofes

En California se han quemado estos días al menos 46.000 Ha o 450 km2, un área de un tamaño un 80% de la ciudad de Madrid. En Portugal llevan 200 incendios esta primera semana de Octubre. Todos sabemos de los huracanes de este otoño en el Caribe. Pocos siguen las catástrofes de los tifones de Asia y de los monzones de la India.

 

¿Son estas catástrofes consecuencia del cambio climático?

 

El argumento básico de los negacionistas, entre otros el Sr. Trump, y su encargado de deshacer todo lo que se había avanzado en los EEUU para tratar de frenarlo, el Sr. Pruitt, es que “siempre ha habido cambio climático”.

 

¿Quién puede saber esto mejor que los que nos dedicamos al estudio del clima?

 

Pero otros cambios climáticos han ocurrido cuando no había civilización sobre la Tierra, o han sido mucho menores, como el óptimo medieval que permitió a los escandinavos salir de “Vikingos” de sus lugares de origen, o la pequeña edad del hielo, que causó revoluciones campesinas en todo el mundo al hacer disminuir las cosechas a lo largo y ancho del globo.

 

El cambio climático actual es mucho más brusco que los anteriores de que tenemos registro, y como dos veces (hasta hoy) más intenso que estos dos últimos que he mencionado. La única explicación para un cambio climático de esta magnitud y en tan corto tiempo es el aumento de los gases poliatómicos en la atmósfera, que retienen la emisión de salida en el rango de los infrarrojos, y consecuentemente aumentan la temperatura del planeta.

 

El aumento de la temperatura del Ártico cambia las trayectorias de los vientos, y es esto lo que denominamos Cambio Climático: llueve en donde no tenía que llover, deja de hacerlo allí donde se esperaba el agua, la atmósfera carga más vapor y por tanto, cuando llueve, lo hace con mayor intensidad.

 

Los incendios son consecuencia de la sequía, una causa natural pero aumentada por el ser humano, y las malas prácticas de las personas. De la misma manera que las inundaciones son hoy más dañinas que hace décadas o siglos, los incendios son mucho más perjudiciales también hoy. La capacidad del agua para causar daño se debe a la deforestación (incluidos los incendios), ya que al eliminar los árboles se eliminan los frenos al agua que cae por las laderas, y al llegar este agua a las zonas pavimentadas el suelo no la puede absorber.

 

Respecto a los incendios, si no se limpia constantemente el sotobosque, éste, al final de verano, es pura yesca, que se incendia por cualquier causa. Si además se permite construir al lado de los bosques (la distancia mínima debería ser de 500 metros, pues las casas se incendian sencillamente por la radiación infrarroja que desprende el incendio) la tragedia está servida.

 

Los argumentos de los negacionistas son, o bien que las vidas humanas no importan, o bien que son el precio a pagar por no se sabe qué libertad de las personas. Que hay que permitir los negocios (el carbón, por ejemplo), que no debe haber zonas protegidas pues las gentes deben poder vivir donde les plazca, y que limpiar los bosques cuesta dinero.

 

Como se puede aceptar sin esfuerzo mental, el dinero que se gana con el carbón se puede ganar mejor con otras actividades, y la realidad es que, aunque queramos, no podemos vivir donde nos apetezca, por ejemplo, en lo alto del Everest, ni podemos conducir unos por la derecha y otros por la izquierda al mismo tiempo, y el dinero que cuesta limpiar los bosques no llega ni al 0.01% del dinero que se pierde cuando estos se queman.

 

La razón verdadera es la que describió Ortega en su “Rebelión de las masas”, hace ya 90 años, y que llevamos arrastrando desde entonces: La exigencia del que no sabe a hacer su santa voluntad. El rechazo a la razón, y la vuelta a la barbarie, entendiendo ésta por rechazo a una vida civilizada y racional.

 

Las catástrofes aumentarán. Lo predijimos unos cuantos, hace ya 30 años, pero como los escritos de Ortega, ante el rechazo de la gran mayoría de las personas.

Una respuesta a “Incendios y otras catástrofes”

  1. Antonio, años atrás en la Región de Murcia hubo fuertes inundaciones como la llamada de Sta Teresa, un 15 de octubre de 1879 . Su cronología data desde 1259 hasta el año 2012, pero las últimas anteriores a 2012 han sido gotas frías sin poder llamarlas inundaciones. Desde ese año hasta la fecha no hemos tenido ni siquiera gotas frías, sólo alguna tormenta suave. En la zona donde vivo sólo he visto llover un par de veces en lo que va de año, y bastante poco. Espero hablar contigo el próximo 25 de noviembre, si te reconozco o me reconoces. Un abrazo

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