España lleva 6 meses de sequía, pero en las ultimas semanas ha llovido y granizado a cántaros en zonas concretas.
Estos días (11, 12, y 13 de Septiembre), en la costa de Valencia, y allí donde no llueve, salvo para anegarse, en Murcia, han caído cientos de litros de agua en pocas horas.
Esta lluvia no sirve para mojar la tierra, y en general se la lleva por delante, pero es posible que el pantano del Cenajo y el del Mundo hayan aumentado su contenido de agua, Para saberlo es preciso esperar unos días.
El Mediterráneo está extremadamente caliente, con una enorme cantidad de agua en forma de vapor entre las montañas de Valencia y el Atlas.
En una situación de cambio climático el chorro polar hace meandros muy profundos. El aire frío que ha entrado desde el norte ha generado un a modo de mini-huracán entre Alicante y Argelia, y ese huracán succiona aire húmedo de la superficie del mar, aire que se condensa al ascenderse, gira hacia las costas levantinas y descarga con furia, como si del Caribe, o Filipinas se tratase.
Me preguntaron hace unos días, en alguna radio, en algún periódico, si había solución.
Técnicamente la hay, pero la sociedad del planeta, los indios, los africanos, los estadounidenses no la quieren.
La solución es dejar de quemar, ¡ya! carbón, petróleo y gas natural. No hay más problema en hacerlo que convencer a los mil-millonarios indios, a los saudíes y emiratíes, y a Exxon y las industrias Koch, para que cierren.
¿Cómo hacerlo?
La cuestión técnica es fácil.
En la vida, lo imposible son las personas.
Seguiremos con sequías cada vez más prolongadas, acuíferos cada vez más vacíos, y riadas que se llevan por delante personas, bienes y suelo fértil.
¡Así somos!